El asesino en serie molón: Dexter

La televisión está recibiendo su ración de anti-héroes dándole un soplo de aire fresco a distintos géneros, que parecían manidos hasta hoy. Tenemos al doctor House con las series de médicos, a Shark con las de abogados y, en el caso que nos ocupa, tenemos al señor Dexter con las de policías/científicos.

Primero, los prolegómenos: la serie está basada en el libro "El Oscuro Pasajero" de Jeff Lindsay, que forma parte de una trilogía con nuestro psicópata como protagonista. Parece ser que hasta el momento (se ha emitido hasta el capítulo número 10 en Fox; la segunda temporada ha finalizado hace tiempo en EEUU) sólo se basan en este primer libro, adquiriendo retazos del segundo y adoptando sub-tramas de propia cosecha. El protagonista, Michael C. Hall, es conocido por su notable actuación en la serie A dos metros bajo tierra; en cuanto a los secundarios, destacan Julie Benz (la veremos en lo nuevo de Rambo en pocos días) en su papel de novia, y a Jennifer Carpenter como hermana (será parte del cast en el remake americano de REC). Para conocer más sobre el casting, aquí os dejo el enlace de IMDB.

El leit motiv de la serie es, como habréis podido averiguar, el propio Dexter Morgan, quien trabaja para el departamento forense de la policía de Miami. De cara a la galería es un friki de laboratorio, un obseso de la sangre con un gran historial a sus espaldas y completamente limpio. Es buen hermano, aunque forme parte de una familia adoptiva, y un buen novio también, a pesar de que la chica, Rita, esté algo trastornada por su ex-marido, con quien comparte a una parejita de críos adorables a quienes Dexter les profesa todas las atenciones que requieren.

La otra cara de la moneda está en que el hombre tiene una necesidad imperiosa de matar. Es un monstruo, él mismo se describe así desde el primer capítulo: conoce al mundo muy bien, tal como su padre adoptivo, Harry, le enseñó, y sabe que tiene que guardar las apariencias, aunque en realidad no sienta nada. Él sólo mata como le enseñaron, a personas que se lo merecen después de hacer meticulosas investigaciones. Aún así, se siente un extraño entre la realidad que le rodea y siempre está manifestándolo a través de sus pensamientos, que nos dejan oir muy acertadamente.

Así, la temporada gira alrededor de un asesino en serie que no deja la más mínima gota de sangre en la escena del crimen y que trocea a sus víctimas de una forma muy "artística", por así decirlo. Dexter se maravillará por esta persona, con quien se identificará desde el primer momento, y la cosa irá avanzando desde ahí. Por supuesto, todo es un tierno McGuffin para que podamos conocer la opinión de nuestra sociedad por parte del anti-héroe. Sus opiniones son tan crueles e insensibles como certeras, y en muchas ocasiones hasta te preocupa el hecho de sentirte identificado con un personaje como él.

He de reconocer que al principio pareció una simple excusa para dejarte llevar por el morbo, pero conforme van pasando los capítulos vas conociendo a otros niveles a este personaje tan complejo como fascinante. En ocasiones, como la mayoría de las series, se peca mucho de tratarnos como a idiotas, llevándonos por un pasillo muy estrecho cuyo final conocemos, pero son hándicaps de la televisión. Y, sin exagerar, puedo deciros que el tramo final de la temporada que se está emitiendo es uno de los más sobrecogedores y climáticos que se han hecho últimamente.

También hay que destacar su estilo visual, con una estética que recuerda un poco a la película American Psycho, con un gran colorido. De hecho, la cabecera es de lo más interesante, ganando incluso un Emmy por ella:

Por mi parte, una revelación, y de las gordas, que he tenido este año.