miércoles, 12 de diciembre de 2007

Futuros decentes

Desde hace unos cuantos días tengo ganas de escribir aquí, pero no sé por qué, no lo hago. Será esa tendencia que tenemos la sociedad moderna de pensar en hacer cosas antes que ponerse a ello. De un modo u otro, creo que voy a darle un giro al blog y así de paso me quito algo de encima en lo que se refiere a mi carrera. Os explico.

Hasta hace un año aproximadamente, como tantos otros, creía que mi vida giraba alrededor de la informática. Allí que me fui, como ya expliqué en un mensaje anterior, y me asqueó de tal forma aquello que me encontré que terminó derivando en algo a lo que apodé crisis existencial, aunque no tenga aún ni puta idea, por suerte, de qué es eso realmente. Me quité, y tras varios meses dubitando sobre si dedicar una época a la ociosidad, me metí a mi carrera actual: Magisterio Musical.

Los profesores de primaria probablemente sean los más infravalorados de todos. Dado que en la ESO/Bachillerato suele haber una profunda rebeldía hacia la autoridad, es en cierta edad cuando realmente se puede moldear una personalidad a placer. Y perdonadme por la frivolidad, pero esto es tan necesario hoy en día que me extraña que no se paguen 3000 € por un sueldo a media jornada. Pero, pensándolo bien, quizás porque sea necesario es por lo que se paga tan poco y se tiene en un segundo plano a esta profesión.. y a la carrera, en general. Porque vamos, tiene delito que me tenga que levantar a las cinco de la puta mañana todos los días sólo porque a un par de soplapollas les ha dado la gana de ponerme una mierda de facultad en medio de la montaña de Guadalajara. La facultad en sí la desgranaré a plazos, porque me parece muy interesante el evidenciar ciertos clichés que hay en ella.

El caso es que me he terminado integrando precisamente a finales de noviembre, o sea, hace dos días. La culpa es de Meri, por supuesto, aunque también lo atribuyo a haberme juntado con ciertas personas parecidas al Escuadrón Asesino Víbora Letal, solo que sin personalidad. Qué le vamos a hacer, más vale tarde que nunca. A lo que comenté en Autorretrato, me alegra poder decir que no me desagrada el percal que me he encontrado por allí. Pero creo que esto tiene que ver más con la forma de ver las cosas que tengo actualmente, bastante diferente si la comparamos con la de hace un año. No obstante, digo esto con la boca pequeña.

A lo que iba: una de las asignaturas de importancia, Didáctica General, requiere de un trabajo constante que pasa por hacer un "diaro reflexivo" sobre aquellos temas que se van debatiendo en clase. Pensando, valga la redundancia, sobre ello, he llegado a la conclusión de que podría salir un engendro bastante interesante si combino el estilo informal de un blog con los contenidos formales que se presentan en clase. De paso, lo publico aquí y así mato a dos pájaros de un tiro. Así que podéis esperar despotrique moderado y socarrón sobre el mundo didáctico, que la verdad es que tiene mucha miga.

Y ya está. Mañana más y mejor.

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